sábado, 23 de junio de 2012

La Mafia por dentro


   El libro “Honrarás a tu padre” (Alfaguara, 2011) del escritor de no ficción estadounidense, Gay Talese, que cuenta la historia desde el nacimiento hasta la caída de la organización Bonanno, una familia de la Mafia norteamericana, es una pieza esencial de la investigación periodística y del estilo narrativo.
   Talese, uno de los principales referentes de la corriente llamada por Tom Wolfe nuevo periodismo (Talese denostó ese rótulo argumentando que él simplemente hacía periodismo), dedicó seis años a esta obra -cuya primera edición fue en 1971-, en la que refleja su ojo minucioso para observar detalles sutiles pero significativos, la tenacidad necesaria para el periodismo de investigación y su habilidad narrativa, logrando organizar la información, los puntos de vista de los miembros de la familia y su propia subjetividad en un trabajo que se lee como una buena novela.
   Así, Talese rompe con la linealidad clásica y comienza con un momento clave de la historia, el secuestro de Joseph Bonanno, el capo de la familia, y con los momentos de incertidumbre que vivió su hijo Salvatore “Bill” (personaje central del libro), escondido de sus principales enemigos: las organizaciones mafiosas rivales y la policía. El relato se remonta a la infancia de “Bill” Bonanno, a la de su padre, a la vida de su abuelo Salvatore e incluso más allá, buscando la esencia de la mentalidad de la organización criminal siciliana en la historia de la isla.
   Un rasgo característico en Talese es la descripción de escenas cotidianas, como en este caso, reuniones familiares, discusiones maritales, los juegos de los matones de la organización con los niños y las charlas de los padres con sus hijos. Escenas que muestran a un mafioso humano, que se estresa y se preocupa por los suyos. La curiosidad por estos momentos fueron los que llevaron a Talese a acercarse a “Bill” Bonanno y plantearle su idea de escribir el libro.
   No es un detalle menor que Talese sea de ascendencia italiana. Incluso en el epílogo del libro cuenta que la obra surgió del bochorno que sentía su padre (nacido en Italia) por la cobertura periodística de los asuntos de la Mafia.
   El foco del autor siempre es hacia adentro de la organización criminal, hasta cuando repasa la cobertura mediática de la época, lo hace con el escepticismo con el que lo hacían los propios mafiosos. Incluso revela cómo “Bill” justificaba los delitos de su organización, la que no hubiese podido funcionar, dice, sin el beneplácito de la población y de la policía. “Bill” también cuestionaba que la clase dominante estadounidense no había escatimado en métodos reprobables para llegar al poder y que mientras ellos eran considerados criminales por defender por la fuerza los intereses de la organización, los soldados que estaban en Asia matando coreanos para defender los intereses del país eran héroes. Algo de razón tenía.  
   El libro contextualiza a la Mafia como una pequeña parte del crimen organizado estadounidense. Lejos de la visión romántica de la película “El Padrino” pero también, acaso demasiado, del mafioso barrial de “Buenos Muchachos” y de “Una luz en el infierno”. Es que el trabajo de Talese abarca desde el rol que juega la Comisión de organizaciones mafiosas, el de Bonanno padre e hijo, el de las mujeres de la familia, pero le falta esa mirada alejada del estereotipo (con la que tan bien describe a los capos) del trabajo diario del mafioso raso. Falta contar cómo los hombres de Bonanno protegían o chantajeaban a las prostitutas, si era verdad que se daba protección a los comerciantes, ¿cómo extorsionaban a los que no pagaban?, ¿cómo se realizaban las loterías clandestinas?
   Esa debilidad de la obra tal vez se deba al contexto en el que fue escrita, a que quizás la cobertura mediática del "trabajo" de los mafiosos era tal que Talese no consideró necesario ahondar en ese punto. Sin embargo, dadas las condiciones de urgencia en la que trabajan los periodistas, que por lo general sus principales fuentes son oficiales y la mirada crítica del libro hacia la prensa, sí hubiese aportado mayor énfasis en el rol de los mafiosos de menor rango. Sin embargo, Talese señala en el epílogo que su interés no era ese, sino saber cómo pasaban los mafiosos los ratos de ocio, el rol de sus esposas y el trato con sus hijos. Además, la sola intención de acercarse a ese punto es probable que hubiese roto la confianza con los miembros de la organización y el relato no hubiese tenido esa intimidad de la familia que es su punto diferencial.
   También hubiese estado bien agregar más información sobre las conversaciones entre los capos, qué ordenaban hacer a sus subalternos, pero el problema en este caso es quién le podría llegar a dar esa información al autor.
   De todos modos, el libro es un trabajo excepcional, minucioso, sólido, de gran interés periodístico y tan bien logrado que no ha perdido vigencia a pesar del paso del tiempo y de que los mafiosos como los que describe ya casi no existan, al menos en Estados Unidos. La obra merece el lugar que tiene en el Olimpo del periodismo narrativo.
   "Honrarás a tu padre" es un libro obligatorio para los periodistas que quieran hacer carrera en el género de no ficción o como investigadores. Tampoco tendrá desperdicio para los lectores de literatura de ficción, ya que la obra es una novela; sólo que real.


domingo, 3 de junio de 2012

Donde está la rana toro no hay otros anfibios


Las ranas toro, que se introdujeron para comercializar como alimento, no sólo escaparon de sus criaderos, sino que son las causantes de la extinción de sus congéneres en los ecosistemas en que se encuentran. “Si no se toman medidas provocarán pérdidas mayores”, dijo el licenciado en ciencia Gabriel Laufer, quien está trabajando en la investigación sobre este problema.
            Esta rana, que llega a pesar 800 gramos, es una de las más grandes del mundo. Alcanza a medir 20 centímetros de la punta del hocico a la cloaca pero sólo sus patas estiradas llegan al doble de largo. Puede vivir más de 10 años, por lo que es considerada una especie longeva. Es buena saltadora y nadadora. Se alimenta de pequeños mamíferos, peces, aves de agua, insectos y otros anfibios. En la etapa de renacuajo, próxima a la metamorfosis, mide unos 10 centímetros de largo.
Es vector del hongo quitridiomicosis cutánea, que afecta a la piel de todas las especies de su género, pero al que ella es muy resistente. Según un informe realizado por un grupo de científicos integrado por Laufer, Andrés Canavero, Diego Núñez y Raúl Maneyro, publicado en la revista científica “Biological Invasions”, estas ranas frecuentemente tienen “alta densidad de población y la capacidad de invadir ambientes naturales facilita su potencial impacto en diferentes lugares a través de la depredación, competición y la modificación del hábitat”.
Sus espacios ideales son lagunas o tajamares en los que se mantienen toda la vida. Usan las aguas corrientes de ríos y cañadas para transportarse de un charco a otro pero no como sitios de reproducción.
En 1986, la DINARA (Dirección Nacional de Recursos Acuáticos) y el Instituto de Investigaciones Pesqueras, estudiaron la viabilidad de criar ranas toro para consumo interno y exportación. Se pensó en esta especie porque aproximadamente a los seis meses, cuando se la mata, tiene el tamaño de una rana criolla madura (la más grande de Uruguay), pero su carne, como aún no es adulta, es más tierna.
Dos años después se tenía “información suficiente para asegurar la viabilidad técnica y estimar una buena viabilidad económica”, dice en las Actas de Fisiología, volumen 10 del año 2005, de la Facultad de Veterinaria.  Entre 1993 y 2000 hubo 18 “ranarios” privados; pero el negocio no fue viable debido a dificultades para exportar y a que las ventas en el mercado local fueron insuficientes. En la actualidad permanece funcionando sólo uno situado en San José. Su dueña, Adela Núñez, dijo que lo está por cerrar, que ya no las está comercializando y que no dejará ninguna rana viva.  
            A pesar del fracaso, este emprendimiento generó otro problema que según Laufer, “nadie lo vio ni lo pensó”. Éste fue que “todas las especies que se introducen en un lugar para reproducción terminan escapando y si es una especie invasora, puede llegar a generar severos daños ambientales”.
Se determina que una especie es invasora si causa daños en los ecosistemas donde se la introduce y sobre la biodiversidad de éstos. A la rana toro se la considera como tal; incluso está entre las “100 especies exóticas invasoras más dañinas del mundo”, según la lista del Grupo de Especialistas en Especies Invasoras en la página de Internet www.issg.org. Este reconocimiento lo obtuvo por los daños que provocó en Europa y en las zonas de Estados Unidos de donde no era oriunda: uno de ellos es la desaparición de otras especies de anfibios.   
 Un grupo de científicos integrado por Matías Arim, Marcelo Loureiro y Laufer, encontró ranas toro en 2005 en Rincón de Pando, Canelones, en 2009 en paraje Bizcocho, Soriano, y en Aceguá, Cerro Largo. Notó que afectaron el medio ya que en los lugares donde estaban, no había otros anfibios.
Quienes una vez fueron los dueños del “ranario” de Soriano le contaron a Laufer que “las ranas escaparon cuando el criadero se inundó en una crecida del arroyo Bizcocho”. Sin embargo, los científicos no lograron descubrir cómo salieron de los otros dos.    
Se las criaba en piletas de hormigón cubiertas con nylon para que no saliesen. Algunas piletas, contó Laufer, llegaban a medir casi 300 metros cuadrados.
Realizando la investigación descubrió que los dueños de los criaderos pensaban que si la rana escapase no lograría subsistir, porque el clima de Uruguay no le sería propicio. Error. “El clima de Uruguay –aseguró– es muy bueno para ellas”.
La rana toro aún está atravesando la primera etapa, la de asentamiento, cuando todavía es controlable; luego comienza la fase de expansión en la que su control se vuelve mucho más costoso logística y económicamente. El director de la investigación, Matías Arim, señaló que “el costo económico y ambiental que provocaría erradicarlas una vez que comiencen a expandirse, podría ser mayor a los que causaría la rana”. 
Hoy en día la especie invasora está en unos 15 charcos que no se alejan a más de dos kilómetros de los criaderos de donde escapó. Se calcula que una vez que comience la etapa de expansión avanzará entre uno a cinco kilómetros por año. Además Arim y Laufer afirmaron que las condiciones geográficas y climáticas de Uruguay son propicias para que viva en casi todo el país. “Sabemos que si comienzan a expandirse”, aseguró Arim que “causarán grandes daños, como disminuir la cantidad de especies de los sistemas acuáticos”. 



Etapas de las especies invasoras
La primera etapa por la que atraviesa una especie invasora es la de asentamiento, durante la cual la especie se adapta al nuevo medio y controlarla es más fácil. La duración de ésta puede ser de un par de años hasta el punto de no pasar nunca a la segunda etapa, la de expansión.
Generalmente se descubre a las especies invasoras en el proceso de expansión, cuando es mucho más difícil detenerlas.
Una especie puede pasar a la segunda etapa por un cambio en el medio en el que habitan, como por ejemplo una sequía del charco donde viven, por lo que en el caso de las ranas, deben salir en busca de otros; por una transformación en la especie, como una mutación genética de algún tipo; o por algún otro cambio no identificado al que los científicos se refieren como el azar.
La tercera etapa es cuando la especie terminó su etapa de expansión y queda establecida en un territorio específico.
 


        Laufer dijo que apenas descubrieron que había ranas toro en estado salvaje se lo informaron al Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, recomendando erradicarlas. “Hasta ahora sólo se han hecho reuniones generales sobre especies invasoras”, informó Laufer y agregó: “Hablar siempre sirve pero es necesario aprovechar que se las descubrió en la etapa de asentamiento y actuar lo antes posible”.
      Para “controlar” la especie, según Laufer, “habría que matarlas a todas, alambrándoles los charcos y secándolos, con redes o disparándoles, tal como se hizo en algunos lugares de Europa”.