El libro
“Honrarás a tu padre” (Alfaguara, 2011) del escritor de no ficción
estadounidense, Gay Talese, que cuenta la historia desde el nacimiento hasta la
caída de la organización Bonanno, una familia de la Mafia norteamericana, es
una pieza esencial de la investigación periodística y del estilo narrativo.
Talese, uno
de los principales referentes de la corriente llamada por Tom Wolfe nuevo
periodismo (Talese denostó ese rótulo argumentando que él simplemente hacía
periodismo), dedicó seis años a esta obra -cuya primera edición fue en 1971-,
en la que refleja su ojo minucioso para observar detalles sutiles pero
significativos, la tenacidad necesaria para el periodismo de investigación y su
habilidad narrativa, logrando organizar la información, los puntos de vista de
los miembros de la familia y su propia subjetividad en un trabajo que se lee
como una buena novela.
Así, Talese
rompe con la linealidad clásica y comienza con un momento clave de la historia,
el secuestro de Joseph Bonanno, el capo de la familia, y con los momentos de
incertidumbre que vivió su hijo Salvatore “Bill” (personaje central del libro),
escondido de sus principales enemigos: las organizaciones mafiosas rivales y la
policía. El relato se remonta a la infancia de “Bill” Bonanno, a la de su padre,
a la vida de su abuelo Salvatore e incluso más allá, buscando la esencia de la
mentalidad de la organización criminal siciliana en la historia de la isla.
Un rasgo
característico en Talese es la descripción de escenas cotidianas, como en este
caso, reuniones familiares, discusiones maritales, los juegos de los matones de
la organización con los niños y las charlas de los padres con sus hijos.
Escenas que muestran a un mafioso humano, que se estresa y se preocupa por los
suyos. La curiosidad por estos momentos fueron los que llevaron a Talese a
acercarse a “Bill” Bonanno y plantearle su idea de escribir el libro.
No es un
detalle menor que Talese sea de ascendencia italiana. Incluso en el epílogo del
libro cuenta que la obra surgió del bochorno que sentía su padre (nacido en
Italia) por la cobertura periodística de los asuntos de la Mafia.
El foco del
autor siempre es hacia adentro de la organización criminal, hasta cuando repasa
la cobertura mediática de la época, lo hace con el escepticismo con el que lo
hacían los propios mafiosos. Incluso revela cómo “Bill” justificaba los delitos
de su organización, la que no hubiese podido funcionar, dice, sin el beneplácito
de la población y de la policía. “Bill” también cuestionaba que la clase
dominante estadounidense no había escatimado en métodos reprobables para llegar
al poder y que mientras ellos eran considerados criminales por defender por la
fuerza los intereses de la organización, los soldados que estaban en Asia
matando coreanos para defender los intereses del país eran héroes. Algo de
razón tenía.
El libro
contextualiza a la Mafia como una pequeña parte del crimen organizado
estadounidense. Lejos de la visión romántica de la película “El Padrino” pero
también, acaso demasiado, del mafioso barrial de “Buenos Muchachos” y de “Una
luz en el infierno”. Es que el trabajo de Talese abarca desde el rol que juega
la Comisión de organizaciones mafiosas, el de Bonanno padre e hijo, el de las
mujeres de la familia, pero le falta esa mirada alejada del estereotipo (con la
que tan bien describe a los capos) del trabajo diario del mafioso raso. Falta
contar cómo los hombres de Bonanno protegían o chantajeaban a las prostitutas,
si era verdad que se daba protección a los comerciantes, ¿cómo extorsionaban a
los que no pagaban?, ¿cómo se realizaban las loterías clandestinas?
Esa
debilidad de la obra tal vez se deba al contexto en el que fue escrita, a que
quizás la cobertura mediática del "trabajo" de los mafiosos era tal
que Talese no consideró necesario ahondar en ese punto. Sin embargo, dadas las
condiciones de urgencia en la que trabajan los periodistas, que por lo general
sus principales fuentes son oficiales y la mirada crítica del libro hacia la
prensa, sí hubiese aportado mayor énfasis en el rol de los mafiosos de menor
rango. Sin embargo, Talese señala en el epílogo que su interés no era ese, sino
saber cómo pasaban los mafiosos los ratos de ocio, el rol de sus esposas y el
trato con sus hijos. Además, la sola intención de acercarse a ese punto es
probable que hubiese roto la confianza con los miembros de la organización y el
relato no hubiese tenido esa intimidad de la familia que es su punto
diferencial.
También hubiese
estado bien agregar más información sobre las conversaciones entre los capos,
qué ordenaban hacer a sus subalternos, pero el problema en este caso es quién
le podría llegar a dar esa información al autor.
De todos
modos, el libro es un trabajo excepcional, minucioso, sólido, de gran interés
periodístico y tan bien logrado que no ha perdido vigencia a pesar del paso del
tiempo y de que los mafiosos como los que describe ya casi no existan, al menos
en Estados Unidos. La obra merece el lugar que tiene en el Olimpo del
periodismo narrativo.
"Honrarás
a tu padre" es un libro obligatorio para los periodistas que quieran hacer
carrera en el género de no ficción o como investigadores. Tampoco tendrá desperdicio
para los lectores de literatura de ficción, ya que la obra es una novela; sólo
que real.